SELVA PASCUALA: Magia, Arte
y Naturaleza.
Día de la inauguración de la Casa de
Selva Pascuala tras la reforma
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En el año 1994, en el primer número de esta
revista denunciábamos públicamente el estado ruinoso en el cual se encontraba la Casa de
Selva Pascuala. Esta vivienda que fue mandada construir en 1917, por D. Pedro Panchuelo de
la Torre y su esposa Dª. Pascuala Rodríguez Osuna y López de Peregrín, vecinos de
Madrid, estaba a punto de cumplir setenta y cinco años y no se había realizado obra
alguna en su dilatada vida.
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Después de varias gestiones, los regentes
del ayuntamiento de Villar del Humo deciden en 1999 que se dé comienzo al proceso de
restauración del emblemático edificio, actuación que dirigirá el maestro de obras D.
Tomás Rodríguez acompañado por otras personas de la localidad. Después de varios meses
de magnífica y ardua labor, se concluyen las obras el dieciséis de junio del año en
curso. Pocos días después, el día veinte, se reúnen para celebrar el renacer de la
simbólica Casa, alrededor de doscientas personas del lugar y varias personalidades
locales, comarcales, provinciales, y regionales del ámbito político, religioso y
cultural.
Se ha concluido una primera fase
en Selva Pascuala con la restauración de la Casa, ahora habría que pasar a una segunda
fase, su utilidad. El hábitat puede albergar ilusión, formación, cobijo y muchas cosas
más que aporten beneficios económicos, culturales y sociales a nuestro pueblo, y ello
podría llegar destinando personal adecuado, que atendiera las necesidades de colectivos
organizados de las distintas edades, que por razones diversas quisieran pasar en el lugar
algún tiempo.
Selva Pascuala es un enclave
mágico, artístico y de bella naturaleza, razones por las que posiblemente decidieron
instalarse hace más de cinco mil años nuestros primeros antepasados, quienes nos dejaron
un legado artístico de gran valor. ¿Qué otros motivos sino los mencionados pudo
desplazar al lugar a aquél matrimonio madrileño que decide construir su morada temporal
a más de doscientos kms. de su residencia habitual? Diversas personas de nuestro pueblo
han pasado largas temporadas bajo la generosa cubierta. Numerosas personas del Planeta
siguen visitando la zona atraídas sin duda por su arte, quedando atrapadas también por
su magia y su naturaleza. La Casa de Selva Pascuala se merecía esa «intervención
quirúrgica que curara sus heridas» y eso se ha conseguido. Visitémosla,
disfrutemos de ella y cuidémosla como se merece.
César Ruiz Navarro.